La serie está muy bien, los actores de esta temporada al nivel de la anterior.
El niño, que perfectamente podría hacer de niño sirio o judío o palestino, da grimilla y eso está muy bien porque es lo que la serie te quiere transmitir en un principio, un niño raruno que mata gente con el que no empatizas nada.
La madre, que ya sabes que no es trigo limpio (perro de los Simpsons sospechando).
La policía que tiene cargo de conciencia y su padre, que tiene cara de buena persona todo el rato.
Y Ambrose. Me flipa el personaje y como le da vida el actor Bill Pullman, los matices que tiene, ese fondo de persona torturada, aunque en esta temporada no le azotan... En fin, que la veáis, que está en Netflix.
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